Un día como hoy de 1221 se puso la primera piedra de la catedral de Burgos. La ceremonia fue presidida por el obispo de la ciudad, don Mauricio, y contó con la asistencia de los reyes de Castilla y la corte. Se dio inicio así a la construcción de una nueva catedral sobre la antigua, cuyas obras contaron con el apoyo de la Corona, lo que facilitó que se progresase con rapidez. En 1250 se había completado ya la planta del edificio y diez años más tarde todo él estaba bajo techo, por lo que se procedió a su consagración. Las obras de finalización y decoración, sin embargo, se demorarían durante siglos. Entre los arquitectos que participaron en su construcción se encuentra el célebre maestro Enrique, que también trabajó en otras grandes catedrales góticas españolas. La catedral se encuentra aneja al Camino de Santiago, que atraviesa la ciudad, de la que ha sido siempre uno de sus mayores símbolos.