El 27 de septiembre de 1996 la historia de Afganistán dio un vuelco. La milicia integrista islámica suní de los talibanes logró hacerse con el control de Kabul, después de dos años de guerra contra el gobierno de los muyaidines de Gulbbudin Rabbani que huyó de la capital. Tras hacerse con el control de la ciudad, los talibanes se dirigieron al edificio de la ONU en el que permanecía retenido desde su derrocamiento en abril de 1992 el ex presidente comunista, Najibullah, al que dispararon y ahorcaron. El mulá Mohamed Omar anunció la instauración de un régimen islámico completo y seguro para los afganos quedando proclamada la sharía o ley islámica. El cambio de régimen político en Afganistán no sólo supuso el fin de las libertades en el país, sino el inicio de un nuevo e inestable tiempo en las relaciones internacionales.