El 28 de septiembre de 1066 dio inicio un episodio trascendental de la historia de Inglaterra, la invasión comandada por el duque Guillermo de Normandía. Guillermo era un estratega y político experimentado que había logrado unificar bajo su poder el ducado Normandía. Amparado en la promesa sucesoria que le había hecho el monarca inglés, Eduardo el Confesor (su tío lejano), Guillermo aspiraba al trono inglés, pero a la muerte de éste hubo de hacer frente a las pretensiones de Harold II quien, sin sangre real pero con apoyo de la nobleza, había logrado proclamarse rey. Decidido a defender su derecho, Guillermo preparó durante meses la invasión de Inglaterra para la que empleó unos 600 barcos y cerca de 7.000 hombres. El 28 de septiembre sus tropas iniciaron la invasión por Pevensey, si bien el enfrentamiento definitivo tuvo lugar en octubre en la batalla de Hastings. La combinación de arqueros y caballería le granjearía una victoria épica siendo coronado como rey de Inglaterra en la Abadía de Westminster el día de Navidad de 1066.