La invasión de Sicilia por los aliados en el verano de 1943 produjo la caída de Mussolini, que todavía contaba con el apoyo de Alemania. Se formó un nuevo gobierno presidido por el mariscal Pietro Badoglio que disolvió el partido fascista y comenzó a negociar con los aliados. Mientras, el derrocado duce proclamaba un estado paralelo en el norte, la «República Social Italiana». Pero la situación escapaba a su control. La firma del armisticio a inicios de septiembre precipitó la invasión alemana, el rey y el gobierno huyeron de Roma para ponerse bajo la protección de los aliados y, por fin, Badoglio declaró la guerra a Alemania el 13 de octubre. Así fue como Italia cambió de bando y a Hitler comenzaron a complicársele las cosas en el sur de Europa.