Tal día como hoy de 1967 finalizó la Tercera guerra árabe-israelí. El statu quo alcanzado en 1957 tras la Segunda guerra árabe-israelí sólo sirvió para contener la inestabilidad de la zona unos años, pues desde 1962 el apogeo del nasserismo en Egipto condujo a una progresiva degradación de la difícil relación entre los Estados Árabes e Israel. Así, el cinco de junio de 1967 Israel atacó por sorpresa los territorios que previamente habían sido ocupados por Egipto Siria y Jordania obteniendo una victoria inesperada. En sólo seis días Israel ocupó los territorios árabes del Sinaí, Gaza, Golán y Cisjordania. Si bien la Guerra de los Seis Días supuso una victoria indiscutible para Israel que logró fortalecer su posición en la zona, también supondría un ahondamiento de las diferencias entre los protagonistas del conflicto. La consecuencia más inmediata de ello sería la creciente autonomía de las organizaciones palestinas que luchaban contra Israel respecto a los gobiernos árabes, proceso que conduciría a la creación de la OLP en 1969.