El 10 de junio de 1926, tres días después de ser arrollado en la calle por un tranvía, falleció Antoni Gaudí en el Hospital de Santa Creu de Barcelona. Nacido en Riudoms o Reus (dato incierto en su biografía) en 1852 se trasladó a Barcelona en 1868 para estudiar Arquitectura. Alumno tan irregular como inquieto, se incorporó al movimiento de la Renaixença catalana del que se convertiría en uno de sus representantes más destacados. Gaudí desarrolló desde el comienzo de su carrera un estilo único y personal marcado por la búsqueda constante de la innovación y la originalidad. En 1878 conoció a Eusebi Güell quien sería el más importante de sus clientes a lo largo de su vida. Para él realizaría las puertas de la finca, la casa y las bodegas Güell, además del Parque Güell y la iglesia de la colonia del mismo nombre. En 1883 recibió el encargo de proseguir con las obras iniciales de la Sagrada Familia, labor a la que se consagraría hasta su muerte.
