El 2 de junio de 2014 fue un día de sobresaltos en la vida pública española. A media mañana la Casa Real hacía pública la carta de Juan Carlos I al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, por la que le comunicaba su decisión de abdicar. Inmediatamente la noticia se difundió en medios de comunicación y redes sociales (la Casa Real había publicado el documento en su cuenta de Twitter), causando sorpresa y gran expectación. La monarquía había vivido desde 2011 un gran desgaste de su imagen pública, resultado del impacto de escándalos como el caso Urdangarin o el accidente sufrido por el rey durante una cacería en Botsuana. Por ello el monarca que había devuelto a los Borbones al trono de España y que impulsó el regreso de la democracia cedió el paso a su hijo, el príncipe Felipe, en un intento de corregir la situación. El 18 de junio siguiente Juan Carlos I sancionó la ley de abdicación y al día siguiente su hijo fue proclamado rey con el nombre de Felipe VI.
Tras 5 años, el 27 de mayo de 2019, Juan Carlos anunciaba a través de una carta a su hijo Felipe VI su retirada definitiva de la vida pública e institucional a partir del 2 de junio del mismo año:
“Majestad, querido Felipe:
A lo largo de estos últimos años, desde mi abdicación de la Corona de España el 2 de junio de 2014, he venido desarrollando actividades institucionales con el mismo afán de servicio a España y a la Corona que inspiró mi reinado.
Ahora, cuando han transcurrido casi cinco años desde aquella fecha, creo que ha llegado el momento de pasar una nueva página en mi vida y de completar mi retirada de la vida pública.
Desde el año pasado, cuando celebré mi 80 cumpleaños, he venido madurando esta idea, que se reafirmó con motivo de la inolvidable conmemoración del 40 Aniversario de nuestra Constitución en las Cortes Generales. Un acto solemne, lleno de emoción para mí, que me hizo evocar, con orgullo y admiración, el recuerdo de tantas personas que contribuyeron a hacer posible la Transición política y renovar mi sentimiento de permanente gratitud hacia el pueblo español, verdadero artífice y principal protagonista de aquella trascendental etapa de nuestra historia reciente.
Con una firme y meditada convicción, hoy te expreso mi voluntad y deseo de dar este paso y dejar de desarrollar actividades institucionales, a partir del próximo 2 de junio.
Tomo esta decisión desde el gran cariño y orgullo de padre que por ti siento, con mi lealtad siempre.
Un grandísimo abrazo de tu padre.”
Juan Carlos I, tras este comunicado, dejará de contar con la agenda oficial que hasta ahora mantenía, asistiendo a actos oficiales e institucionales como entregas de premios e inauguraciones.