Tal día como hoy de 1834, la reina gobernadora María Cristina de Borbón, firmaba el decreto de abolición definitiva del Tribunal de la Inquisición en España. El llamado Santo Oficio hunde sus raíces en el método penal inquisitorial de la Iglesia medieval y su concreción en la Inquisición Pontificia de 1231 creada por el Papa Gregorio IX para combatir la extensión de herejías como el Catarismo. Aunque fue introducida en la Corona de Aragón en el siglo XIII, la que se conoce como Inquisición Española sería creada por los Reyes Católicos en 1478. Instrumento al servicio del poder real, el Santo Oficio persiguió a conversos, moriscos, luteranos, erasmistas, brujas… La Inquisición ejerció un fuerte control de las mentalidades mediante la persecución de todos los comportamientos considerados contrarios a la moral católica y a la censura de las publicaciones.