Tal día como hoy de 1991 dejó de existir formalmente el sistema político de la Unión Soviética. En una histórica sesión del Congreso Soviético (antiguo Sóviet Supremo) se aprobó una ley de reforma política. En ella se incluía una declaración de derechos individuales que reconocía el derecho de propiedad privada, que había estado prohibido durante los 74 años de comunismo. Se reconocía asimismo a las repúblicas que conformaban la Unión la libertad de fijar su vínculo con el poder central o independizarse. Se abría así una fase transitoria y constituyente por la que se tendría que redefinir por completo el Estado soviético. Aunque Mijáil Gorbachov, que había presidido la sesión, conservaba importantes cotas de poder (jefe de las fuerzas armadas, director de la política internacional y de los órganos ejecutivos transitorios) pronto se demostró que la situación le había desbordado por completo y que la URSS caminaba hacia su desintegración.