Poco antes de las 14:00 horas del 9 de mayo de 1978 se puso fin a una de las más angustiosas búsquedas de la historia policial europea. El cadáver del ex primer ministro italiano Aldo Moro fue hallado en la parte trasera de un coche en pleno centro de Roma, a escasos metros de la sede central de su partido, la Democracia Cristiana. Cincuenta y seis días antes había sido secuestrado por el grupo terrorista de extrema izquierda Brigadas Rojas y durante los mismos fueron enviando a la prensa comunicados y cartas del propio Moro rogando por su vida. Las fuerzas de seguridad desplegaron un impresionante dispositivo en torno a la capital, con más de 13.000 hombres que efectuaron más de 40.000 registros domiciliarios y 72.000 controles de carretera. Pero todo fue en vano. El secuestro acabó en tragedia y generó una gran conmoción en el país.