El 27 de marzo de 1958 tuvo lugar un importante cambio político en la URSS. Nikita Khruschev fue designado Presidente del Consejo de Ministros, es decir, jefe del Gobierno de la Unión Soviética. La designación tuvo lugar tras la dimisión de su predecesor en el cargo, Nicolái Bulganin, y supuso su consolidación como hombre fuerte del régimen. Khruschev ostentaba además el cargo de Secretario del P.C.U.S. (Partido Comunista de la Unión Soviética) y desde la muerte de Stalin en 1953 ningún dirigente soviético había vuelto a concentrar ambos cargos. Mantuvo una postura abiertamente crítica con la etapa estalinista y abanderó una política aperturista desde el punto de vista intelectual y cultural. En el contexto de la Guerra Fría trató de fortalecer la coexistencia pacífica de los bloques aunque con éxito limitado.