Descifrar la escritura ibera

 

Los antiguos iberos dejaron miles de inscripciones escritas en un original alfabeto que fue un enigma durante siglos. En la década de 1920, un estudioso granadino, Manuel Gómez-Moreno, logró descifrar la pronunciación de esos extraños signos

Una escritura sin descifrar es siempre un misterio que supone un reto para la ciencia y la inteligencia. Por eso, la historia de cada desciframiento nos resulta tan fascinante, y quienes han conseguido un logro así despiertan nuestra admiración y nos hacen soñar con el conocimiento de antiguas civilizaciones que, tras haber permanecido mudas durante siglos, vuelven a hablarnos de forma directa a través de sus textos.

Son bien conocidos los nombres de Jean-François Champollion, que a principios del siglo XIX logró descifrar la escritura jeroglífica egipcia, y de Michael Ventris, a quien se debe la interpretación del llamado lineal B, la escritura de las tablillas en griego micénico, realizada en la década de 1950.

Un reconocimiento similar merece el arqueólogo e historiador español Manuel Gómez-Moreno, artífice del desciframiento de otra escritura de la Antigüedad que durante largo tiempo fue un misterio para los estudiosos: la escritura ibérica.

En la década de 1940, Gómez-Moreno estableció los valores fonéticos del conjunto de los signos de la escritura, de manera que ahora sabemos que términos como o deben pronunciarse ekusu y karkoskar. Desgraciadamente, nuestra ignorancia de la lengua ibérica nos impide comprender el significado de estas palabras y de los numerosos textos ibéricos que se han localizado, inscritos en láminas de plomo, cerámicas, monedas o lápidas.


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https://historia.nationalgeographic.com.es/a/ibero-misterioso-idioma-antiguos-pobladores-peninsula-inberica_8742