Entre las muchas lunas de nuestro Sistema Solar, hay una que, sin duda, destaca: Titán, satélite del gigante anillado Saturno. Su superficie soporta una atmósfera con una presión una vez y media la de la Tierra, y tiene una suerte de 'sistema meteorológico' parecido al nuestro, si bien en vez de llover agua, cae metano líquido. Muchos científicos se preguntan si, por sus peculiares particularidades, la vida se ha podido abrir camino de algún modo. Y a esa pregunta intentará responder la misión Dragonfly, de la NASA, que visitará la luna de Saturno en la próxima década.
Con una atmósfera de presión solo 1,5 veces superior a la de la Tierra y una especie de sistema meteorológico similiar, Titán se ha convertido en un destino muy prometedor para los científicos que buscan presencia de formas de vida, tras los datos obtenidos por Cassini en su periplo orbital en torno a Saturno.