Lisboa arde

 En la madrugada del 25 de agosto de 1988 dio comienzo el peor incendio padecido en Lisboa desde el terremoto de 1755. Las llamas comenzaron en el interior de los grandes almacenes Grandella situados en la popular Rua do Carmo. Las altas temperaturas y el aire hicieron que el fuego se extendiese con gran rapidez sin que los equipos de bomberos pudiesen hacer casi nada por contenerlo. Ante los impotentes ojos de los lisboetas, el fuego consumió buena parte de la Baixa y el Chiado, dos de los barrios más antiguos y típicos de la capital. Los problemas de conservación de las canalizaciones de agua agravaron la situación, si bien el incendio pudo ser controlado en torno al mediodía. Decenas de edificios y comercios se vieron afectados y aunque hubo varios heridos, sólo se produjo un fallecimiento.