Tal día como hoy de 1988 occidente recibía con alivio la noticia de que la Unión Soviética había liberado al piloto Mathias Rust. Rust, un joven de la República Federal de Alemania, había protagonizado el año anterior uno de los episodios más controvertidos del final de la Guerra Fría. El 28 de mayo de 1987 logró evadir las defensas aéreas soviéticas y volar hasta el corazón de Moscú, en cuya Plaza Roja aterrizó su avioneta Cesna-172 ante la incredulidad de las autoridades. Fue inmediatamente detenido y se le juzgó el mes de septiembre siguiente. Pese a que el fiscal pidió ocho años de reclusión en un campo de trabajo, finalmente fue condenado a cuatro años de trabajos forzados. Tras cumplir once meses de condena logró recuperar su libertad, siendo trasladado en un vuelo regular de Lufthansa hasta Fráncfort y Hamburgo.