La expedición Magallanes-Elcano parte de la Península Ibérica

 La primera vuelta al mundo fue un hito histórico. El viaje que lo cambió todo partió de la Península Ibérica un día como hoy en la historia en 1519. La expedición, financiada en parte por la corona española con el beneplácito del rey Carlos I, la formaban cinco naos: Trinidad, San Antonio, Concepción, Victoria y Santiago. La tripulación la constituían un total de 239 marineros y comenzó capitaneada por el portugués Fernando de Magallanes y otros cuatro capitanes de nao: Juan de Cartagena, Gaspar de Quesada, Luis de Mendoza y Juan Serrano. Las naves partieron de Sevilla el 10 de agosto de 1519 rumbo a Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, en donde pararon a avituallarse y ultimar los preparativos de la expedición. Allí se terminan de acondicionar las naos, y Magallanes y los otros capitanes van y vienen de Sevilla para ultimar detalles y solucionar imprevistos (asuntos burocráticos con Portugal) antes de salir a aguas abiertas. El 20 de septiembre de 1519, 40 días después de su llegada al puerto de Sanlúcar, la expedición deja finalmente la Península Ibérica. Durante el tiempo en que estuvieron en Cádiz, la tripulación bajaba de las naos para escuchar misa y justo antes de partir, Magallanes hizo confesarse a los marineros y prohibió que subiera a bordo ninguna mujer. La larguísima aventura estuvo repleta de adversidades y contratiempos, hubo motines, batallas, hambrunas, naufragios, enfermedades y muertes (entre ellas la del propio Magallanes). En noviembre de 1521, la expedición ya capitaneada por Juan Sebastián Elcano cumple su objetivo y llega por fin a Las Molucas. Allí cargaron clavo y otras especias, aunque para entonces solo quedaban dos naos, Victoria y Trinidad. Una había sufrido un naufragio, otra desertó volviendo a España y la última había sido abandonada por la tripulación por falta de hombres. Después, continuaron viaje, abasteciéndose de gran cantidad de especias cumpliendo su objetivo. En diciembre una de las naos restantes, la Trinidad, es dejada con su tripulación en las islas, puesto que tenía vías de agua y debía ser reparada, continuando la Victoria con el viaje de regreso a España. Finalmente, 1.125 días después de su partida, la nao Victoria regresa a España el 6 de septiembre de 1522, cargada de especias. Habían transcurrido casi tres años desde su partida, habiéndose quedado por el camino 219 hombres y 4 naves.