Tal día como hoy del año 2005 comenzó para Nueva Orleáns una verdadera pesadilla. Aunque la llegada del huracán Katrina no fue inesperada y en principio pareció que sus efectos podían ser menos graves de lo previsto, los diques que debían proteger la ciudad sucumbieron ante su fuerza. El agua subió por encima de los tres metros y medio y cerca de 1.500 personas perecieron ahogadas. Nueva Orleáns quedó anegada en un 80%, sin agua potable ni electricidad. Miles de familias fueron evacuadas al resultar imposible el regreso a sus hogares. La tragedia humana se vio agravada por la polémica gestión de la crisis que obligó al presidente George W. Bush a pedir perdón un año más tarde. Aun hoy los efectos de Katrina son visibles en la ciudad que desde entonces ha perdido a más de 100.000 residentes. El huracán causó daños y víctimas asimismo en otras zonas de Luisiana, Alabama y Mississippi.