El 14 de mayo de 1948 Oriente Próximo vivió una jornada que cambiaría para siempre su evolución política posterior. Los británicos pusieron fin a su mandato sobre Palestina y ese mismo día los judíos proclamaron la fundación del Estado de Israel. En diciembre de 1947 la Asamblea General de las Naciones Unidas había aprobado un plan de partición de Palestina que contemplaba la creación de dos estados independientes (uno árabe y otro judío) y una zona internacional en Jerusalén (bajo control de las Naciones Unidas), una vez que Palestina hubiese sido abandonada por los ingleses. La propuesta fue aprobada pese a contar con el rechazo de los árabes. La proclamación del nuevo Estado de Israel fue inmediatamente seguida por el estallido de la Primera Guerra árabe-israelí que se prolongó hasta enero de 1949 finalizando con la victoria de los israelíes.