Martirio de Juana de Arco

 La mañana del 30 de mayo de 1431, una campesina de 19 años, Juana de Arco, fue quemada en Ruan (Francia) por herejía. Juana jugó un papel determinante en la restitución de la corona francesa a su legítimo heredero, Carlos VII cuyos derechos eran sólo reconocidos por sus partidarios. Con trece años Juana había comenzado a escuchar voces que la instaban a salir de su pueblo natal en ayuda del rey. Vestida como un hombre, convencida de tener una misión divina y dispuesta a luchar por la corona de Carlos VII, logró que éste la recibiese y le encomendase la liberación de la sitiada ciudad de Orleans. Dio así comienzo una serie de victorias militares que terminarían con la coronación de Carlos VII en Reims en 1429. Sin embargo Juana cayó víctima de sus enemigos políticos quienes lograron que fuese procesada y condenada por la Inquisición.