En las primeras horas del martes 26 de marzo de 2002, en la ciudad estadounidense de Sacramento, tenía lugar un hecho poco común. Ornsee Khamsa, una mujer de 22 años, daba a luz a cuatro niñas genéticamente idénticas. Los casos de cuatrillizos procedentes de un único óvulo fecundado se producen sólo en uno de cada once millones de partos. Las niñas, Audreana, Natalie, Melody y Preana, nacieron a las 30 semanas de gestación. Pesaban poco más de kilo y medio y tenían entre 36 y 38 centímetros. El caso resultó tan excepcional que el parto tuvo que ser atendido por un equipo de 18 profesionales sanitarios entre médicos y enfermeras. Para evitar complicaciones fue necesario practicar a la madre una cesárea, pero finalmente las cuatrillizas vinieron al mundo en buen estado de salud.